LENGUA

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La Plata, Buenos Aires, Argentina
Este año 2007, como siempre a lo largo de nuestro paso juntos en la Escuela, nos “propusieron leer”, pero esta vez libros de ciencia ficción. Se preguntarán -lo mismo que nosotros en un principio- ¿qué es esto? Nuestra primer respuesta fue “seguramente es para estudiar”, porque tiene la palabra ciencia. Pero no, no es así. Luego, descubrimos poco a poco que nos internábamos en mundos fantásticos, en un futuro desconocido con muchísimas máquinas y robots, o en viajes extraordinarios que realizaban algunos científicos. Junto a ellos iniciamos esos viajes en cada página que leíamos y ahora deseamos que ustedes también los disfruten. Por eso quisiéramos compartir con ustedes estas reseñas para que puedan elegir alguno de los libros con los que soñamos y llegamos al centro de la Tierra o la Luna; viajamos en la máquina del tiempo, en un submarino por el fondo del mar o a través del cuerpo humano -en un submarino miniaturizado-; conocimos al hombre invisible, al hombre ilustrado y… al hombre bicentenario. Algunos nos gustaron más, otros menos pero es el momento que ustedes decidan por cual comenzar… Docente y alumnos

martes, 18 de diciembre de 2007

“El hombre bicentenario “

Autor: Isaac Asimov
Editorial: Clarín
Colección: Grandes bestsellers

Esta novela del gran escritor Isaac Asimov trata de que una familia compra un robot, que como todos los robots tenía que cumplir con las tres leyes de la robótica que son :
“1. un robot no debe dañar a un ser humano ni, por inacción permitir que un sufra daño “
“2. un robot debe obedecer las órdenes impartidas por los seres humanos excepto cuando dicha órdenes estén reñidas con la primera ley”
“3. un robot debe proteger su propia existencia, mientras dicha protección no esté reñìda ni con la primera ni segunda ley.”
El robot, Andrew Martin, se sentía ”distinto” en la vida con los humanos, por eso hace todo lo posible para tener lo que un humano debía tener: vida y muerte. “Mira, si el problema es el cerebro, ¿acaso la mayor diferencia no resiste en la inmortalidad? ¿a quién le importa la apariencia la constitución ni la evolución del cerebro? Lo que importa es si las células cerebrales mueren, que deben morir, aunque se mantengan o se reemplacen los demás órganos, las células cerebrales , que no se pueden reemplazar sin alterar y matar la personalidad , deben morir con el tiempo . Mis sendas positrónicas han durado más ¿no es eso la barrera fundamental? Los seres humanos pueden tolerar que un robot sea inmortal, pues no importa cuánto dura una máquina; pero...”
Lealo y descubra si Andrew logra lo que se propone.