Autor: Isaac Asimov
Editorial: Clarín
Colección: Grandes bestsellers
Editorial: Clarín
Colección: Grandes bestsellers
Esta novela del gran escritor Isaac Asimov trata de que una familia compra un robot, que como todos los robots tenía que cumplir con las tres leyes de la robótica que son :
“1. un robot no debe dañar a un ser humano ni, por inacción permitir que un sufra daño “
“2. un robot debe obedecer las órdenes impartidas por los seres humanos excepto cuando dicha órdenes estén reñidas con la primera ley”
“3. un robot debe proteger su propia existencia, mientras dicha protección no esté reñìda ni con la primera ni segunda ley.”
El robot, Andrew Martin, se sentía ”distinto” en la vida con los humanos, por eso hace todo lo posible para tener lo que un humano debía tener: vida y muerte. “Mira, si el problema es el cerebro, ¿acaso la mayor diferencia no resiste en la inmortalidad? ¿a quién le importa la apariencia la constitución ni la evolución del cerebro? Lo que importa es si las células cerebrales mueren, que deben morir, aunque se mantengan o se reemplacen los demás órganos, las células cerebrales , que no se pueden reemplazar sin alterar y matar la personalidad , deben morir con el tiempo . Mis sendas positrónicas han durado más ¿no es eso la barrera fundamental? Los seres humanos pueden tolerar que un robot sea inmortal, pues no importa cuánto dura una máquina; pero...”
Lealo y descubra si Andrew logra lo que se propone.
“1. un robot no debe dañar a un ser humano ni, por inacción permitir que un sufra daño “
“2. un robot debe obedecer las órdenes impartidas por los seres humanos excepto cuando dicha órdenes estén reñidas con la primera ley”
“3. un robot debe proteger su propia existencia, mientras dicha protección no esté reñìda ni con la primera ni segunda ley.”
El robot, Andrew Martin, se sentía ”distinto” en la vida con los humanos, por eso hace todo lo posible para tener lo que un humano debía tener: vida y muerte. “Mira, si el problema es el cerebro, ¿acaso la mayor diferencia no resiste en la inmortalidad? ¿a quién le importa la apariencia la constitución ni la evolución del cerebro? Lo que importa es si las células cerebrales mueren, que deben morir, aunque se mantengan o se reemplacen los demás órganos, las células cerebrales , que no se pueden reemplazar sin alterar y matar la personalidad , deben morir con el tiempo . Mis sendas positrónicas han durado más ¿no es eso la barrera fundamental? Los seres humanos pueden tolerar que un robot sea inmortal, pues no importa cuánto dura una máquina; pero...”
Lealo y descubra si Andrew logra lo que se propone.